Dentro de la línea de programación del MARCO de Vigo, "César Portela, arquitecto" significa un importante punto de inflexión, ya que por primera vez una exposición monográfica se incluye en sus exposiciones temporales, generalmente colectivas y temáticas.
Existe una buena razón para esta novedad, pues otro de los objetivos del MARCO es la pluridisciplinariedad, la necesidad de incluir en su programación disciplinas claves para la estética contemporánea como la arquitectura, el diseño, el cine, los audiovisuales y tantas otras formas de expresión. Como es bien sabido, las exposiciones colectivas o temáticas sobre arquitectura son prácticamente inexistentes.
De ahí que se haya optado por este proyecto, pensado para acercar al público la figura profesional y artística de César Portela, uno de los arquitectos con la trayectoria más interesante e internacional de las últimas décadas en España.
La exposición se ha concebido como un itinerario por toda su obra, desde los primeros trabajos -como las paradigmáticas viviendas de los gitanos de Pontevedra- al Puente "Azuma" en Japón, el Proyecto de la Manzana nº 14 del Malecón de la Habana o la Estación de Autobuses de Córdoba, hasta llegar a sus últimos proyectos en Galicia: el Verbum - Casa de las Palabras en Vigo, el Museo del Mar de Galicia en Vigo -proyectado en su primera versión con Aldo Rossi y finalizado por Portela-, el Cementerio de Fisterra en A Coruña o el proyecto del futuro Palacio de Congresos de Vigo.
El montaje de la muestra convierte las salas de exposición de la primera planta en un recorrido por la vida y obra del arquitecto, estructurado en los siguientes ámbitos temáticos/cronológicos/geográficos:
1. Reconstrucción de interiores: el estudio del arquitecto
2. Obras en Vigo
3. Reconstrucción de interiores: muestrario de los materiales utilizados en su obra
4. Obras en Galicia
5. Viviendas unifamiliares
6. Diaporama con imágenes de su álbum privado
7. Obras fuera de Galicia
Las construcciones de César Portela se caracterizan por su esencialidad, por una especie de voluntad de volver a los orígenes, por un neo-minimalismo ornamentado con fragmentos de pizarra como frescos decorativos o pieles tatuadas que envuelven los edificios y, al mismo tiempo, por la necesidad de crear un orden dentro del entorno natural.
Conscientes de que el protagonista de la exposición tiene poco que demostrar, el proyecto expositivo tiene un marcado carácter didáctico y comunicativo, y el aprendizaje de la arquitectura a través de su contemplación prima sobre cualquier otro criterio. Para ello se ha concebido un recorrido basado en pautas cronológicas y de situación, que se apoya en maquetas, en reproducciones fotográficas de los edificios que forman series de cinco imágenes en distintos formatos, y en la reproducción a gran escala de cada uno de los edificios más emblemáticos. Las series fotográficas se complementan con un espacio destinado a videoproyecciones y una sala de documentación, donde el visitante podrá obtener más información sobre la obra del arquitecto.
Especialmente novedosa resulta la recreación, dentro de las paredes del museo, del estudio del arquitecto, para que los espectadores puedan conocer de primera mano las influencias estéticas, literarias, musicales, cinematográficas o filosóficas en la obra de César Portela a lo largo de todos estos años, o incluso sus colecciones de máscaras y de exvotos mexicanos. Voyeurs y curiosos nos asomamos a su lugar de creación, que nos desvela el entorno más íntimo del arquitecto como "creador de mundos", con toda la responsabilidad que ello implica.