Tras la exposición organizada en la propia sede de la Fundación Telefónica en Madrid, en febrero de 2004, que supuso la presentación pública de la colección, MARCO de Vigo acoge esta muestra como primera sede de un largo recorrido por museos y centros de arte de toda España.
El eje vertebrador de esta colección es ese punto de inflexión por el que la fotografía, en el umbral del siglo XXI, pasa de ser un documento a convertirse en un relato; comienza a adquirir conciencia de su capacidad expresiva y del valor de su actividad de representación, subvirtiendo los propios códigos y lenguajes que este medio emplea.
Construida a partir de algunos de los nombres emblemáticos de la contemporaneidad plástica, la exposición incluye planteamientos radicales y conceptuales, esteticistas y narrativos, documentales y sociales, en un conjunto que refleja la variedad y el eclecticismo de un momento creativo de una riqueza y abundancia poco frecuentes.
Los artistas que forman parte de la Colección de Fotografía Contemporánea de Telefónica utilizan la fotografía como medio de expresión y experimentación. Sus imágenes hablan de lo que puede ser hoy la experiencia artística en el contexto de la cultura contemporánea.
Dado que hoy en día ya no existen dudas acerca del valor artístico de la fotografía y de que en estos momentos es una de las expresiones artísticas más utilizadas por los creadores actuales, era necesario comenzar esta Colección mostrando una cierta filiación, que tuviese un sesgo histórico y que, por lo tanto, iniciara su andadura en los años sesenta, con los trabajos de la Escuela de Düsseldorf, los discípulos de Bernd & Hilla Becher en Europa (Thomas Ruff, Thomas Struth, Andreas Gursky) y de John Baldessari en el continente americano (Richard Prince, Cindy Sherman), para avanzar por la fotografía cinemático-pictoralista (Jeff Wall, Sam Taylor-Wood), hasta los desarrollos narrativos más actuales.
La distinción aceptada entre fotógrafos y artistas que utilizan la fotografía tiende a desaparecer. Los creadores actuales se sirven de la fotografía con total libertad y conocimiento de causa, sin sentirse en la obligación de demostrar las virtudes o posibilidades del medio, porque tienen tras ellos 170 años de historia, en donde todo se ha manifestado suficientemente.
La fotografía ha sustituido en muchos casos a la pintura. La invención de la cámara consiguió que la captación de la imagen real fuese mucho más rápida, fiel y precisa, desacreditando el virtuosismo técnico de los pintores y acercando al espectador a una nueva realidad.
Desde la fotografía analógica a la digitalizada, las nuevas tecnologías aplicadas al arte están presentes en esta muestra, así como ciertos ejemplos decisivos de la relación de la fotografía con la performance o con el documento social.
Géneros diversos anclados en las raíces de la historia del arte, como son el retrato, el paisaje o la fotografía arquitectónica, conforman un conjunto que abarca las temáticas características del arte actual, desde la recuperación de la memoria histórica, a la denuncia social, la crítica de los procesos artísticos o la utilización del cuerpo como plataforma de comunicación plástica.