Tras una intensa actividad en la década de los cincuenta y en los primeros años de la década de los sesenta en torno a las agrupaciones fotográficas de las ciudades gallegas, el dinamismo de la fotografía no profesional languidece notablemente hasta prácticamente desaparecer en la misma década de los sesenta. La fotografía gallega, salvo algún caso muy puntual, permanece al margen del movimiento surgido en la década de los setenta en torno a la revista Nueva Lente y que supuso la renovación del panorama fotográfico español.
En los primeros años de la década de los ochenta la actividad fotográfica no profesional se manifestaba en esporádicas exposiciones de fotografía en las diferentes ciudades, de forma que comienzan a verse fotografías que responden a una realidad muy diferente de la de las agrupaciones fotográficas en las décadas anteriores. Es necesario recordar también que socialmente la fotografía merece escasa consideración desde una perspectiva cultural y nula desde una perspectiva artística. El panorama artístico de esa época está dominado prácticamente por la escultura y la pintura, y en él no tiene cabida en absoluto la fotografía.
Este es el contexto en el que aparece la Fotobienal de Vigo y lo que lleva a proclamar en la presentación de su primera edición que “Las motivaciones que le sirven de guía son el reconocimiento de la fotografía como hecho cultural” proponiéndose “romper la situación de gheto en la que se encuentra, dentro del campo cultural dentro de la propia Galicia”.
La Fotobienal de Vigo intenta desde el primer momento romper la dinámica localista que existía entonces. Otro de los objetivos fundamentales de la primera edición fue la fotografía histórica gallega. Se pretendía que esta I Fotobienal fuese una llamada de atención sobre la importancia de la fotografía histórica, para de esa forma detener el proceso de destrución de nuestro patrimonio fotográfico haciendo hincapié en que con su pérdida se estaba desvaneciendo nuestra memoria visual colectiva.
En la segunda edición la Fotobienal adquiere una dimensión internacional, programando exposiciones monográficas de autores mundialmente reconocidos como William Klein o Martin Parr, e iniciando el proyecto Vigovisións. A partir de este momento la Fotobienal de Vigo, coordinada por el Centro de Estudos Fotográficos, se marcará como objetivos:
1. La recuperación, estudio y difusión de la fotografía histórica gallega. Se realizaron muestras monográficas de autores como Ksado, José Suárez, Pacheco, Llanos, Virxilio Vieitez, Archivo Massó... En algún caso, como en el de Vieitez, se trataba de artistas totalmente desconocidos hasta ese momento. La Fotobienal se convirtió en el punto de referencia de la recuperación histórica de la fotografía gallega.
2. La dinamización, dentro de nuestras posibilidades, de la fotografía contemporánea gallega. En el proyecto internacional Vigovisións siempre se incluía un fotógrafo gallego, se creó la sección Becas, dedicada en exclusiva a fotógrafos gallegos, y posteriormente la sección Novas Creacións, también dedicada íntegramente a la fotografía gallega contemporánea, además de la inclusión de trabajos realizados por autores gallegos en otras exposiciones.
3. Hacer a Galicia, y de forma muy especial a la ciudad de Vigo, partícipe del debate de la fotogafía contemporánea universal. La exposición central, sección constante a partir de la III Fotobienal, muestra el trabajo de artistas contemporáneos procedentes de distintos países que presentaban propuestas innovadoras en el panorama fotográfico internacional. Era usual en estas exposiciones la presencia de autores que hasta aquel momento no habían expuesto en España y que en algunos casos tardaron años en hacerlo. Es necesario recordar también exposiciones monográficas de autores que, si bien eran ya reconocidos como parte de la historia de la fotografía mundial tampoco habían sido mostrados en los circuitos españoles. Se realizaron ocho ediciones del proyecto Vigovisións, en el que se convertía a la ciudad de Vigo en escenario de trabajo de los fotógrafos más relevantes del panorama internacional del momento.
En enero de 1985 comienza la programación de la Sala dos Peiraos que, a razón de una exposición mensual, mantendría su actividad durante 6 años, coordinada por el Centro de Estudos Fotográficos y presentando en ese período un total de 56 exposiciones. La programación de la Sala dos Peiraos se basaba en la pluralidad de conceptos, en unos momentos en que gran parte de la programación fotográfica española adolecía de un fuerte uniformismo. Por ella pasaron los fotógrafos más relevantes de esos años como Joan Fontcuberta, Cristina García Rodero, Manel Esclusa, Gabriel Cualladó, Toni Catany, América Sánchez o Daniel Canogar. Fotógrafos de otros países como Paul Graham, Max Pam, Joel Meyerowitz, Sebastião Salgado, Arno Fischer o Brian Griffin, y también tuvieron cabida en la sala clásicos de la fotografía universal como Manuel Álvarez Bravo o Bill Brandt.
En lo que se refiere a Galicia, se organizaron quince exposiciones colectivas de fotógrafos gallegos, además de otras en las que participaban junto a fotógrafos de otros países. La importancia que siempre tuvo para el Centro de Estudos Fotográficos el hecho de dar a conocer nuevos fotógrafos, nos llevó a presentar todos los años, bajo el título Hoy mismo, los trabajos de fotógrafos gallegos que hasta entonces no habían sido expuestos. Recordaremos también que en lo referente a la fotografía histórica se presentaron exposiciones como En Vigo en los cincuenta, que presentaba el trabajo realizado por los miembros de la Agrupación Fotográfica Galega en la década de los cincuenta o el trabajo de Manuel Ferrol, Raniero Fernández o Ramón Caamaño.
Como consecuencia de esta actividad fotográfica del Ayuntamiento de Vigo desde el año 1984 hasta el año 2000 se configuró una colección fotográfica de la que Vigovisións constituye sólo una parte.
Otra parte importante, numéricamente equivalente a Vigovisións, está integrada por diferentes fotografías que se fueron adquiriendo en función de los recursos económicos disponibles en cada exposición. Por esta causa no es unha colección constituida a partir de unos conceptos determinados, sino un conjunto de fotografías que describen la relación de la ciudad de Vigo con la fotografía, y de modo muy particular con la fotografía contemporánea del período antes citado. Las diferentes circunstancias y presupuestos determinaron que las compras variasen numéricamente de unas exposiciones a otras. A pesar de estos condicionantes, dentro de la colección se encuentran nombres de la categoría de Álvarez Bravo, William Klein, William Eggleston, o Mario Giacomelli.