Nuevamente, continuando una línea de programación que trata de las relaciones entre arte y diseño –iniciada en 2003 con la muestra titulada “Indisciplinados. La posición del arte en las fronteras del diseño”, y que en 2004 tuvo como resultado “La creación de lo necesario”– MARCO de Vigo ofrece una reflexión sobre uno de los temas más presentes en la creación contemporánea, como son las relaciones entre diseño y vida cotidiana, a través de una exposición temática de ámbito internacional. En esta ocasión la muestra, de la que MARCO es su única sede en España, está comisariada por el Director del Departamento de Diseño del Walker Art Center de Minneapolis, una institución con la que este museo colaboró ya el pasado año con la muestra “The Last Picture Show”.
Esta exposición nos habla de la importancia del diseño en nuestras vidas, a través de un conjunto de obras insólitas, que incluyen piezas de arquitectura y productos, mobiliario, moda, y diseño gráfico. Objetos y proyectos que exploran el papel del usuario en su concepción y en su función, y que en algunos casos requieren de la intervención del espectador para la realización del producto final. Propuestas originales que dan cuenta de la reinvención de lo cotidiano por parte de estos autores.
Una luz que responde al silencio, una mesa que no sabe dónde está, una granja de cerdos del tamaño de un rascacielos, una casa que cabe en un bolsillo... Extrañamente familiares recoge más de cuarenta proyectos innovadores a nivel internacional que tocan diferentes campos: la arquitectura, el mundo del mueble, la moda y el diseño gráfico. A través de piezas que cuestionan lo común, transforman lo cotidiano y desdibujan las fronteras entre la forma y su función, esta exposición desafía nuestras suposiciones sobre el diseño de los objetos y los espacios que nos rodean.
La muestra se estructura en torno a cuatro ideas principales que cuestionan las premisas convencionales sobre el diseño de objetos y espacios:
1. objetos polémicos que nos obligan a reconsiderar la relación que establecemos con los productos, que dictan nuevos rituales de uso y expectativas
2. estructuras portátiles que responden a condiciones nómadas de ligereza y fugacidad y debilitan de esta manera los principios arquitectónicos tradicionales de ubicación concreta y permanencia
3. objetos multifuncionales que cambian tanto de forma como de uso, diluyendo así la relación establecida tradicionalmente entre las llamadas “forma y función”
4. diseños extraordinarios que remiten a objetos y espacios que, sin la transformación a la que los someten, serían normales y corrientes, lo que atrae nuestra atención hacia las condiciones de la vida cotidiana.
1. Objetos polémicos: rituales de uso
Muchos de los proyectos presentados en Extrañamente Familiares pretenden implicar al usuario como figura central o participante en la creación de un diseño, analizando su comportamiento en relación con el objeto diseñado, que puede adquirir formas diversas en función de la interacción física o si se reconsideran las rutinas diarias. Su finalidad es incluir la participación, la personalización, la adaptación e incluso el rechazo por parte del usuario como elemento vital de la obra. Gardening Sukkah, de Allan Wexler, representa una estructura exterior que contiene todos los instrumentos necesarios para plantar, cosechar y preparar una comida de celebración del Festival Sukkoth judío. El diseñador de productos Michael Anatassiades desarrolla objetos que ensalzan la interacción humana y la respuesta del producto en sí mismo. Por ejemplo, su obra Anti-Social Light representa únicamente su función ante la presencia o ausencia de sonido. Anthony Dunne y Fiona Raby se muestran especialmente interesados por el modo en que la gente interactúa y se adapta a la electrónica. En su obra Placebo Project los usuarios tienen la posibilidad de vivir con un objeto de nueva creación como una mesa con GPS que le sirve para conocer su propia ubicación. Otros proyectos exploran el papel del diseño participativo o el “hágalo usted mismo”, como las series de productos realizados por el colectivo Do Create, que requieren la interacción física del usuario para su realización final. Es el caso de Do Hit, un cubo de metal que incluye un martillo para convertirlo en una silla, o de Do Break, un jarrón de porcelana con un revestimiento especial que permite al usuario aplastarlo sin que se rompa.
2. Estructuras portátiles: movilidad
Además de la ciudad, el hogar es un lugar importante para comprender el funcionamiento de la vida cotidiana. Esta muestra explora las posibilidades nómadas de la vida contemporánea a través de diversos proyectos que proponen viviendas portátiles, con estructuras que no sólo evidencian el deseo de movilidad y libertad, sino que también hacen frente a nuestra necesidad de relación y sentimiento de comunidad. La vivienda portátil supone también un reto a los supuestos arquitectónicos tradicionales relativos a la permanencia y la estabilidad.
Las viviendas y estructuras que se pueden contemplar en esta exposición representan las diferentes variedades de fugacidad y permanencia en las mismas: por ejemplo, el Habitat Furtif de R & Sie…, una unidad habitacional para una sola persona que viaja por la ciudad en busca de un refugio seguro para su morador. Y en tanto que el Kesä-Kontti de Markku Hedman está diseñado para breves escapadas al bosque, como una especie de cabaña móvil de fin de semana, la Mobile Dwelling Unit de LOT-EK está concebida como vivienda permanente. Jennifer Siegal ha ideado varios proyectos que utilizan estructuras portátiles, como la Portable House, una versión más flexible y ecológica de la casa prefabricada convencional. Otros ejemplos son los de la vivienda portátil Etana, de Markku Hedman; la Prefabricated Wooden House de Alejandro Stöberl; los diseños de Shigeru Uchida de un trío de casas de té, o la Paper Loghouse del arquitecto Shigeru Ban.
3. Objetos multifuncionales: forma y función
El deseo de transportabilidad proviene del interés que despiertan los productos con funciones múltiples, es decir, objetos que hacen un uso eficiente del espacio o el peso, dos consideraciones fundamentales con respecto a la movilidad. Por eso no es de extrañar que tanto las prendas de vestir como el mobiliario se conviertan en campo de actividad y experimentación en lo que respecta a su multifuncionalidad. Como ejemplos, la Casa básica de Martín Ruíz de Azúa, o la Tent de Moreno Ferrari, en la que un impermeable se transforma en tienda de campaña.
Respecto al diseño de mobiliario, Rugelah Chair de Julian Lion Boxenbaum reúne en un solo mueble multitud de posibilidades para sentarse, relajarse y dormir. De manera similar, el Cabriolet/Occasional Table de Paolo Ulian es a la vez sofá, espacio de almacenamiento y mesa de café. O, en lo que a arquitectura se refiere, Tumble House es una estructura de seis caras diseñada por los holandeses Koers, Zeinstra y Van Gelderen que permite que varias personas la giren hasta conseguir seis posiciones diferentes, cada una de las cuales cambia la funcionalidad de los elementos interiores (por ejemplo, la puerta se puede convertir en ventana o en claraboya).
Las investigaciones acerca de la multifuncionalidad demuestran el deseo de ofrecer diferentes alternativas a los usuarios y permitir que las funciones estén supeditadas a las situaciones. El objeto multifuncional presenta cualidades formales híbridas que se enfrentan con la filosofía de diseño convencional de “la forma sigue a la función”.
4. Diseños extraordinarios: transformar lo cotidiano
Otro de los temas centrales de la exposición es la re-presentación de lo cotidiano con proyectos extraordinarios. Por ejemplo, el diseño de MVRDV para el pabellón holandés en la feria de Hannover del año 2000 transforma los elementos típicos del paisaje neerlandés. Una granja típica suiza se convierte en un lugar en profunda transformación en la propuesta de Roche & Sie, Scrambled Flat. El universo cotidiano de objetos es el tema de Elephant Design, que reinventa el teléfono tradicional, el fax o la aspiradora a través de su Insipid Collection, desposeyendo a los objetos de lo superfluo hasta llevarlos a su mínima expresión. Muchos proyectos encarnan lo cotidiano sólo para transformarlo, como Kokon Chair de Jurgen Bey, un revestimiento protector de resina de poliéster que oculta la fantasmagórica presencia de la silla ordinaria que se encuentra por debajo, con una táctica de desplazamiento que convierte lo familiar en extraño. También la transposición de la escala –convertir lo pequeño en grande y lo grande en pequeño– es un recurso importante para alterar nuestra percepción de lo cotidiano, como en los Airborne Snotty Vases de Marcel Wanders, o la serie de miniaturas Buildings of Disaster de Constantin y Laurene Leon Boym.