Vigovisións: Historia de un proyecto
En el año 1986, el Centro de Estudos Fotográficos inicia el proyecto Vigovisións como una sección de la Fotobienal de Vigo. La primera edición de la Fotobienal en 1984 se fijó como objetivo establecer una panorámica global de la producción fotográfica gallega, todavía no realizada hasta ese momento, y llamar la atención sobre el hecho de que teníamos unha historia fotográfica que era necesario recuperar, estudiar y difundir.
En la presentación de esta primera edición hacíamos público que en las siguientes ediciones la Fotobienal de Vigo tendría una dimensión internacional. Sin embargo para nosotros el carácter internacional no sólo significaba dar a conocer en Galicia la obra de los fotógrafos que estaban presentando tesis innovadoras, o la de aquellos históricos que habían tenido transcendencia en la fotografía posterior. Para nosotros suponía producir, y no sólo recibir, y este fue el espíritu con que nació el proyecto Vigovisións, en definitiva como una propuesta que permitiese participar de forma activa en el debate estético de la fotografía contemporánea. El interés por producir obra, y no sólo por recibirla, es -conjuntamente con la importancia dada a nuestra fotografía, tanto histórica como contemporánea- la característica diferenciadora de la Fotobienal de Vigo respecto a otros festivales fotográficos que florecieron en la década de los ochenta en gran número de ciudades.
Con este propósito invitamos a trabajar en Vigo, durante una semana del mes de junio de 1986, a seis fotógrafos de diferentes países. La obra producida, un mínimo de diez fotografías, pasaría a ser propiedad del Ayuntamiento de Vigo, lo que implicaba el comienzo de una colección fotográfica, la Colección Fotográfica del Ayuntamiento de Vigo.
El hecho de que la fotografía ocupara en aquel momento un lugar marginal dentro del mundo del arte, y por lo tanto la fotografía no comercial tuviese un bajísimo valor económico, hizo posible llevar el proyecto adelante con las posibilidades económicas de que se disponía. Posteriormente la valoración económica de la fotografía fue cambiando y la continuidad del proyecto hubiese sido inviable, de no ser por la trayectoria de las ediciones anteriores, y gracias a la colaboración de los fotógrafos que habían participado en el proyecto.
Es necesario añadir que no se trataba de limitar el proyecto a trabajos de corte documental en torno a la ciudad de Vigo. Se trataba simplemente de convertir la ciudad en un lugar de trabajo, y la forma en que ésta podía aparecer reflejada en las imágenes era elección del autor, que tenía libertad total para abordar su trabajo, tanto en lo que se refería a la temática como a sus formulaciones. Esto es lo que diferencia este proyecto de los encargos de corte comercial.
Otro elemento importante era la diversidade cultural de los participantes en el proxecto, así como la pluralidad estética. Característica esta última que no se daba en la actividad realizada en España. Considerábamos también esencial que entre los fotógrafos seleccionados figurase un gallego, para optar sin complejos por la fotografía gallega confrontándola con la que se estaba produciendo en otros países. Condición que mantuvimos como ineludible en las ocho ediciones del proyecto.
Si bien en un principio hubo una preponderancia de la fotografía de carácter documental, aunque entendida de muy diferentes formas y entre las que se cuentan las fotos realizadas por Sebastião Salgado o por Cristina García Rodero (1988), aparecen otros trabajos con concepciones más conceptuales, como pueden ser los de Paul Graham (1988) o Allan Sekula (1992).
En el año 1994, con motivo del décimo aniversario de la Fotobienal de Vigo, se decide dar un mayor protagonismo al proyecto Vigovisións, aumentando el número de fotógrafos participantes a nueve, e permitiendo acentuar la pluralidad de formulaciones y concepciones, que sempre fue un trazo esencial del proxecto. Así, destaca la innovadora propuesta documental de Carole Condé y Karl Beveridge, que introduce la ficción y la escenificación como estratregias; las imágenes de Ron O'Donnell, producto de puestas en escena efímeras realizadas con la única finalidad de ser fotografiadas, o las imágenes sobre la reconversión industrial de Joan Fontcuberta, en las que experimenta con las posibilidades plásticas que resultan de la confrontación de negativos y fotogramas. Todas ellas muy diferentes de lo que se suele entender por fotografía documental.
En las siguientes ediciones conviven propuestas tan diferentes como las fotografías realizadas con el uso de una cámara estenopeica por Ruth Thorne-Thomsen, las imágenes producto de la intervención digital de Pedro Meyer, que suponen la incorporación de este medio a Vigovisións, o las de Daniel Canogar; el trabajo apropiacionista de Joachim Schmid, construido a partir de fotografías encontradas en la calle, en las que se cuestiona el concepto de autoría, o los trabajos de Karen Knorr y Ana Teresa Ortega, basados en referencias históricas y literarias gallegas.
Hay que decir también que no todos los trabajos se enmarcan dentro de la concepción estética de la fotografía bidimensional. Así, debemos destacar los objetos fotográficos tridimensionales de Wojciech Prazmowski, las instalaciones realizadas por Luis González Palma, o Paloma Navares, incluyendo otros elementos como la arena; a Gerardo Suter, que introduce también el vídeo como parte importante de la obra, y a Belén Gómez, que reconstruye el espacio simulando una cámara oscura como réplica de la cámara que utiliza para realizar su trabajo.
Consideramos que una exposición de estas características, además de presentar los trabajos realizados por los diferentes participantes en el proyecto, debe suscitar una reflexión sobre la evolución del propio proyecto, así como de su repercusión. En este sentido, al ser los artistas que forman parte del proyecto muy representativos de la fotografía contemporánea, Vigovisións nos permite un acercamiento a la evolución de la fotografía en el período comprendido por el proyecto.
Para poder percibir la evolución de Vigovisións, la exposición respeta el orden cronológico de las ediciones, y dentro de cada una de ellas las obras están agrupadas por autores, para así reforzar la autoría y poder contrastar los trabajos de los diferentes autores de cada edición. Sin embargo, el excesivo número de imágenes para una sola exposición -625-, nos ha llevado a realizar una selección adoptando como criterio fundamental no sólo el interés de las fotografías y su significado y proyección dentro de la obra del autor, sino también el hecho de que la selección no afectase al significado de la obra en sí. Procuramos por ello que las fotografías se exhibiesen de la forma más semejante posible a como se hizo en su momento.
No obstante, consideramos de interés incorporar en el catálogo toda la colección de Vigovisións mediante pequeñas reproducciones con las características técnicas de las obras, para proporcionar una visión global del proxecto, así como disponer de datos para posibles estudios futuros.
Muchas de las obras realizadas en el marco de este proyecto fueron incluidas posteriormente por sus autores en sus exposiciones o publicaciones. En algunos casos incluso fueron concebidas como parte de un proyecto más global en el que estaban trabajando y en el que las incluyeron, a veces como un capítulo concreto, como en el caso del proyecto Fish Story de Allan Sekula, y otras como imágenes individuales dentro del conjunto global de la obra, como New Europe de Paul Graham o La España oculta de Cristina García Rodero. Otros, como Olivo Barbieri, Gabriele Basilico, John Davies o los gallegos Vari Caramés, Xurxo Lobato y Xulio Correa, incluyeron estas fotografías en exposiciones posteriores.
Esta repercusión, en sentido estricto externa al propio proyecto, no solamente constituyó un motivo de gran satisfacción, sino que creemos que confirió una mayor significación a Vigovisións, y que por lo tanto era de gran interés llevar a cabo una aproximación a esa proyección para no abordar las imágenes solamente dentro del proxecto, sino también contemplarlas dentro de la obra de cada uno de los autores, estudiando la importancia que éstos le han concedido a posteriori al trabajo realizado en Vigo. Como consecuencia de ello, la muestra se complementa con una selección de las publicaciones donde estas imágenes fueron incluidas.