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DANIEL VERBIS. Deseando ser

DANIEL VERBIS. Deseando ser

Ficha

Fechas: 
23 febrero 2024 - 25 agosto 2024
Lugar: 
Salas de la planta baja
Horario: 
martes a sábados (festivos incluidos) de 11.00 a 14.30 y de 17.00 a 21.00, domingos, de 11.00 a 14.30
Producción: 
MARCO, Museo de Arte Contemporánea de Vigo
Comisariado: 
Miguel Fernández-Cid

A partir del 23 de febrero, los espacios de la planta baja del MARCO ofrecen un recorrido por la obra de Daniel Verbis (León, 1968); una muestra de su vigor creativo a través de un conjunto de obras representativas de su labor artística e investigadora a lo largo de estos últimos años. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, su trabajo ha estado marcado desde sus inicios por la experimentación con ciertos materiales heterodoxos (resinas, plastilinas, botones, hilos y lanas, goma, espuma, lonas plásticas, etc.) que tradicionalmente se habían mantenido fuera del ámbito de las técnicas pictóricas más tradicionales, por un atrevimiento formal que se hizo patente cuando la visibilidad del bastidor se convirtió en un elemento fundamental de las pinturas-objeto que realizara en los primeros años de este siglo.

La dialéctica entre elementos contrapuestos sostiene un armazón conceptual que da soporte igualmente a su pintura, a su escultura, a sus collages o sus wall drawings, sumando flexibilidad lúdica y azar a la serie de premisas formales o procesuales que constituyen la base de sus obras. En sus trabajos más recientes establece un diálogo entre sus instalaciones objetuales y sus pinturas sobre lienzo, integrando ambas en un productivo diálogo en el que la precisión de las formas y los procesos parece dar respuesta a planteamientos igualmente conceptuales que emocionales o semánticos.

Entretejido en el propio proceso, el significado, en la obra de Daniel Verbis, siempre permanece abierto, a la espera, apenas sugerido en sus títulos. Verbis fomenta un inacabamiento del sentido que permite solapar multiples lecturas de la imagen, interpretaciones que al anudarse dibujan una retícula de polisemias que parece replegarse sobre sí misma, un lugar de encuentros que apela a una mirada que multiplica las posibilidades poéticas-estéticas de lo visible. Las obras se nos presentan como artefactos visuales que empiezan a funcionar cuando el espectador da con alguna clave interpretativa, que puede ser poética, cultural, conceptual..., pero una clave, a fin de cuentas, nunca impuesta por el autor.

La exposición, pensada para los espacios de la planta baja del MARCO, quiere potenciar las posibilidades que ofrece su arquitectura, con telas de grandes dimensiones, murales e instalaciones de objetos, creando un itinerario emocional refrendado por los collages y las obras sobre papel como una especie de material de archivo complementario. Su montaje y disposición buscan establecer diálogos entre los cuadros y las piezas realizadas en otras técnicas, de modo que se perciba que el eje de todas ellas es una concepción dinámica, orgánica y cambiante de la expresión artística; que la pintura es un organismo físicamente vivo y semánticamente poético, siempre en transformación.

INFORMACIÓN GENERAL / DOCUMENTACIÓN / ACTIVIDADES

Catálogo

Con motivo de esta muestra, el MARCO, Museo de Arte Contemporánea de Vigo, editará una publicación que, junto a imágenes de las obras en exposición y escritos del artista, incluirá textos del comisario y director del MARCO y otros autores.

Programación para escolares

Colabora: Fundación “la Caixa”
Hasta el 14 de junio de 2024
Horario: de martes a viernes de de 10.00 a 11.30 y de 11.30 a 13.00
Previa cita: tel. 986 113900 Ext. 200 / 986 113900 Ext. 308 / Correo-e: comunicacion@marcovigo.com

Talleres infantiles

Colabora: Fundación “la Caixa”
Hasta el 25 de mayo de 2024
Horario: sábados de 11.00 a 12.30 (de 3 a 6 años) y de 12.30 a 14.00 (de 7 a 12 años)
Previa inscripción: tel. 986 113900 Ext. 200 / Correo-e: recepcion@marcovigo.com

Información y visitas guiadas

El personal de salas está disponible para cualquier consulta o información relativa a la exposición, además de las visitas guiadas habituales: todos los días a las 18.00 / Visitas ‘a la carta’ para grupos, previa cita.

Rutas interactivas a través de la App Vigo

El sistema de rutas interactivas a través de la App Vigo permite a los visitantes acceder a todo tipo de contenido sobre la exposición (vídeos, imágenes, información específica sobre las obras), sea en el propio espacio mediante los beacons o dispositivos bluetooth situados en salas, o en cualquier otro lugar, siguiendo la ruta desde la pantalla del móvil unha vez descargada la aplicación, o a través de la web del Concello de Vigo.

Foto portada: Daniel Verbis. Dios del cielo, 2021 (detalle). Acrílico sobre lienzo y madera, 243 x 312 x 10 cm.

https://danielverbis.es/ 

Artistas

Daniel Verbis

 

Daniel Verbis (León, 1968) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, 1986-1991. Su trabajo como artista se desarrolla en el ámbito de la pintura, escultura, obra en papel, e instalaciones o intervenciones específicas para espacios concretos.

Entre sus exposiciones individuales de los últimos años se cuentan La piel y lo que hay debajo de la piel. Sala Provincia ILC (León, 2023); Ser de paso (cautivo). Galería Daniel Cuevas (Madrid, 2022); Unción y anunciación del ser. Galería Trinta (Santiago de Compostela, 2022); Psiques. Galería Llamazares (Gijón, 2021); Ex-Libris. Galería Siboney (Santander, 2021); Cartografías de una des-aparición. Galería Ármaga (León, 2021). Entre las muestras colectivas, JUST Madrid. Galería Trinta (Santiago de Compostela, 2023); Expo Chicago. Galería Diana Lowenstein Fine Arts (Miami, 2023); Arte Santander. Galería Daniel Cuevas (2023); Regresar a un espacio conocido. DA2 (Salamanca, 2023); Art Miami. Galería Diana Lowenstein Fine Arts (Miami, 2023); Expo Chicago. Galería Diana Lowenstein Fine Arts (Miami, 2022); Drawing Room Madrid. Galería Daniel Cuevas (Madrid, 2022); Building, Colección Campocerrado. Ciudad Rodrigo (Salamanca, 2022); Art Miami. Galería Diana Lowenstein Fine Arts (Miami, 2022); Colectiva. Galería Ármaga (León, 2022); 3spacio Mínimo. Galería Espacio Mínimo (Madrid, 2022); Estampa, 2021. Galería Daniel Cuevas (Madrid, 2021); Expo Chicago. Galería Diana Lowenstein Fine Arts (Miami, 2021); Drawing Room Madrid, Galería Siboney (Madrid, 2021); Esta luz. Galería Ármaga (León, 2021); El color abstracte. Sala de Exposiciones Fundación Mediterráneo (Elche, 2021); Territorio contemporáneo. Colección Enaire (Santander, 2021); Palimpsesto creativo. Monasterio de Sandoval (León, 2021); Paper València. Galería Siboney (Valencia, 2021); Drawing Room, Lisboa. Galería Siboney (Lisboa, 2021); Una historia de arte reciente (1960-2020). Museo de Arte Abstracto de Cuenca (Cuenca, 2021), entre otras.

Ha recibido distinciones como el Premio al Libro de Artista, Fundación Ankaria (III Edición, 2016); Premio Cultura Emprende, Fundación Creativa Santander (2014); Premio Ángel de Pintura (2007); Becas Endesa (2001); Premio de Pintura Fray Luis de León, Junta de Castilla y León (1999); Adquisición VI Mostra Unión Fenosa (1999); o Primer Premio de Pintura L’Oreal (1998).

Su obra está presente en museos como CGAC Centro Galego de Arte Contemporánea, MUSAC Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, ARTIUM Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco, Museo Patio Herreriano, MNCARS Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo de Bellas Artes de Asturias, Museo de Teruel; y en colecciones públicas y privadas como Colección Banco de España, Colección Fundación Coca-Cola, Colección DKV, Colección AENA, Colección Fundación Barrié, Colección Unión Fenosa, Colección L’Oreal, Colección Ayuntamiento de Alcobendas, Colección Caja Madrid, Colección Junta de Castilla y León, Colección Gobierno de Cantabria, Colección Ayuntamiento de Madrid, entre otras.

+INFO sobre su obra, textos y documentación complementaria en https://danielverbis.es/

 

Texto curatorial

“Con frecuencia, la pintura es uniforme porque el pintor elige un único soporte sobre el que reiterar gesto e intención; a veces, sin embargo, el ejercicio es más complejo: la pintura puede ser, al tiempo, líquida, jugar a fluir o convertirse en objeto, extenderse por el muro, ocupar una superficie dada o plantearse como un continuo sin fin. Tentar la gran escala o concentrarse en un espacio reducido, casi mínimo; ser gesto espacial, aéreo, diálogo con imágenes intervenidas, fotografías solo en apariencia directas, densos collages, objetos, instalaciones.

Desde sus primeras exposiciones, Daniel Verbis (León 1968) elige preguntarse por el sentido de la pintura, por sus posibilidades, por sus límites, por sus contaminaciones, por su independencia. Empieza analizando su sentido como lenguaje, y encuentra ecos, rizomas y dobles significados que le atrapan. El juego se une a un rigor que con el tiempo extrema hasta quedar atrapado. Interviene en paredes y expone libros con imágenes imposibles de desplegarse, encerradas en el objeto.

Cuando pinta cuadros desinhibidos en lo formal, en apariencia muy libres pero en extremo complejos en su composición, en su proceso, se convierte en uno de los pintores clave de su generación. En su obra, nada es lo que parece, siempre hay un detalle, un elemento que nos hace entrar en un juego de adivinaciones, hasta quedar atrapados por un cruce de miradas, de referencias, de sucesiones. La pintura fluye y a la vez es sólida; es metódica y en apariencia libre; es refinada y culta pero viva. Unas veces pinta añadiendo, otras restando o sumando módulos al soporte inicial, como si no partiera de una idea clara, como si no buscase una imagen prevista. Lo que hace es preguntarse por el proceso, dar la vuelta al sentido de cada imagen, del mismo modo que propone en los títulos nunca banales, en sus maravillosos textos sobre pintura, en los libros poéticos y visuales. A veces nos queda la duda de si lo próximo es el material, el eco de una forma o un proceso que enfría unas veces, al que provoca otras.

Deseando ser alude al momento en el que las obras parecen detenerse ante nuestra mirada. Queda patente el gusto de Verbis por lo orgánico, por el juego, por el sentido doble, por el erotismo, por el orden; su capacidad para habitar procesos en transformación y su manera casi clásica de terminar los cuadros más recientes, de hacerlos rotundos pero nada impositivos.”

Miguel Fernández-Cid, comisario de la exposición

Texto artista

Lo que distingue una obra de arte es la determinación de su forma. En definitiva, que cada elección se perciba (perviva) como una condición necesaria. La experiencia nos confirma que en un momento dado del proceso uno tiene la sensación o la confirmación de que ya no hay elección, de que las decisiones son consustanciales a la obra, independientes del propósito inicial, del gusto personal o de las reglas (aplicadas). Cuando el artista acepta un papel vicario, un papel de mediador, la obra gana en solvencia porque la decisión de la forma normalmente responde a necesidades auto-regulatorias. La (belleza de) naturaleza desconoce su razón, e igualmente la forma consubstancial no pide (necesariamente) permiso al autor.

La obra abierta, incompleta por definición, es hoy en día nuestra manera natural del entender una obra de arte; es, la mayoría de las veces, una etapa intermedia en un proceso inconcluso, fácticamente indeterminado, posiblemente interminable; es, casi siempre, una etapa sin consolidar en un proceso sin anclaje inmediato. El arte contemporáneo es irremediablemente fragmentario y parcial.”

“La serie El que guarda su boca guarda su alma (2020-21) está formada por pequeñas piezas pictóricas realizadas sobre las guardas de las tapas desencuadernadas de enciclopedias o libros de saldo. Estas tapas, que son los restos reciclados de esos libros que utilizo para hacer collages, funcionan como reliquias “povera” convertidas en improvisados soportes donde poder pintar con absoluta libertad pequeños dípticos que se despliegan como las cromáticas alas de una mariposa o como las innocuas serigrafías de un test de Rorschach; unos dípticos que son la consecuencia de desdoblar el soporte y ver al mismo tiempo dos imágenes teóricamente enfrentadas, dos imágenes anteriormente encaradas en su incomunicada intimidad. Partiendo de estos emparejamientos de imágenes siamesas, se hace patente que el único debate estético que prospera es, en definitiva, el que se da entre lo que se repite y lo que se diferencia.

En esta pintura-collage los fragmentos deshumanizados –desfigurados y reconfigurados, deconstruidos y reconstruidos–, los fragmentos de la anatomía procesual, vienen a ser una especie de mediadores que permiten reconstruir un sujeto-posible en el caótico crisol de la deshumanización del arte. Y para constituir esta pintura sin referente particular, para constituir esta geografía emocional, para formalizar esta anatomía y esta fisionomía, no me queda otro remedio que valerme de la autogeneración de las estructuras histológicas, de los anudamientos y las ligaduras que trenzan un tejido, de las superficies que se repliegan para crean los órganos y de las tensiones musculares que delimitan las puertas de entrada y las vías de escape.

“La belleza inasible no se puede retratar. Como la pureza, es un ideal. Cuando el manto envolvente se rompe (como se rompe la crisálida) en el acto gozoso o liberador del cuerpo, la naturaleza se muestra en toda su crudeza. Desnuda, hecha mirada, despojada del manto que proscribe su visibilidad, la belleza pierde su carácter virginal, pierde su condición ideal y se convierte en el espectáculo de una fugacidad, en el resplandor de un instante, en una electricidad estática superficial. Vemos pues, que la belleza, que la iridiscencia cromática de esas psiques que aparecen y desaparecen en la sinuosidad de su vuelo fugitivo como en una victoria alada (El paciente insecticida, 2018) o en una buenaventura angelical (Psique, 2020-21), es algo temporal, una brevedad, una lejanía del ser que acaba abandonándonos y que sólo se puede recordar o imaginar.

Como el entomólogo que atraviesa con un alfiler el cuerpo rígido de una mariposa para que pueda apreciarse la tornasolada pigmentación de sus alas, también el pintor inmoviliza el tránsito de las formas para encontrar la forma exacta o la forma adecuada, la armonía o la lógica. O como se le ha llamado siempre, la belleza. El pintor detiene el fluir de la psique, el deseo de ser apariencia en una materia pictórica que ya es para siempre una imagen fija, una imagen-muerte. Pero imagen-muerte de una psique todavía actuante, de una psique que parece tener vida o retenerla porque es expresiva, porque es la réplica de una semántica corporal llena de vida. La pintura es una actividad paradójica que alcanza su máxima expresión cuando restituye la in-quietud constitutiva de lo que tiene vida. Sea esta inquietud una cosa visual o una cosa mental. La pintura nunca dejará de ser un pensamiento de los ojos para los ojos que se hace modélico, precisamente porque da estabilidad a lo que tiembla.”

“Mi manera de abordar la pintura, en el plano formal y en el plano semántico, es por capas superpuestas de rizomas de elementos que se extienden horizontal y verticalmente por la superficie del cuadro. Primero incorporo esos elementos exógenos y luego los reordeno para ver qué pasa. En el plano del lienzo los nódulos de sentido se van comunicando unos con otros hasta crear una máquina de sentidos múltiples. No hay un significado sino múltiples significados que se solapan, se sustituyen, se complementan, se contradicen, se articulan entre ellos. Por así decir, mi pintura es un lugar de creación de sentido, más que un lugar donde detallar una idea preconcebida.

En cualquier caso mi pintura, ahora, no debe verse sólo en profundidad, la ilusión del espacio la doy por descontada. Estos cuadros últimos, que son de gran formato, hay que verlos también en toda su extensión horizontal. Su planteamiento tiene que ver con una pintura que se desarrolla (o desenrolla, pienso en los biombos japoneses o en la pintura china en rollos de papel). El motivo se narra secuencialmente en un único plano, que puede ser tan extenso como se necesite. Y este planteamiento expandido puede aplicarse también a las piezas modulares.

En este sentido la pintura acoge una temporalidad. Es una huella del acontecimiento, pero una huella que registra diferentes momentos del acontecimiento (plástico). Supongo que la idea que queda es un reflejo de la incertidumbre del ser, de un ser en un estado (de buena esperanza), de un ser en transformación. El objeto que se representa es la foto fija de un ser que se está materializando. El cuadro reclama una lectura lineal que va desarrollándose en una especie de bucle sin principio y sin final, que retorna sobre sí misma porque principio y final son coincidentes. El objeto representado, la cosa pintada, no acaba de estar resuelta porque todas estas obras aluden a un ser inconcreto, precisamente porque ese ser todavía se está formando. El objetivo de lo que tiene vida es perdurar vivo el máximo tiempo posible y mientras tanto regenerarse en nuevos seres portadores de su legado genético. En ese sentido la pintura, como la vida, busca la manera de perdurar como dispositivo expresivo, indagando nuevas formas y nuevas maneras de hacer(se). La vida se refleja, sí, pero solo como una especie de inercia.”

Daniel Verbis